De agua, "Elons" y policías está llena la vida

Los Ángeles y sus demonios

Ayer encontré a mi madre más preocupada de lo usual. En su discurso manifestaba la necesidad de acción ante un futuro sin agua potable, recurso NO RENOVABLE, esencial requerimiento para la vida.

Un recurso no renovable significa que no puede producirse a la misma tasa que es consumido.  En el caso del agua potable, la cantidad que es usada por año no se acerca -ni de milagro- al volumen que la lluvia y los deshielos producen naturalmente. Es más, pese a las desgracias relacionadas con las precipitaciones, cada día hay menos agua factiblemente potable en el hogar que llamamos Tierra. 

"Hasta hace unas horas me parecía maravilloso que la NASA enviara gente al espacio otra vez, pero, ¿Sabes cuánto costó eso?", preguntó mi mamá con molestia ante mi propia displicencia.

De acuerdo con varias informaciones publicadas en medios como CNN, cada puesto por tripulante en el Crew Dragon tiene un costo aproximado de 86 millones de dólares. Adicionalmente, la agencia espacial habría pagado a Space X (una de las empresas de Elon Musk) la módica suma de 2600 millones para desarrollar el proyecto de cohete reusable. Además, NASA habría dispuesto de otros cuatro mil doscientos millardos, entregados a Boeing, para la construcción de un vehículo llamado Starliner, con el fin (también) de llegar a la Estación Espacial Internacional. Finalmente este último proyecto fracasó, pero el dinero está en algún lado... Supongo...

Entonces, y según expertos en ciencias sociales y ambientales, la sumatoria de todo este dinero podría eliminar la basura plástica de los océanos, promover programas de recolección de desperdicios en el agua potable y colocar nuevos avances que bloqueen la llegada de desechos a las principales afluentes del mundo, y, además, podría acabarse el hambre en continentes completos con solo poner a funcionar simples métodos de recolección de agua y riego de plantas, lo que definitivamente ayudaría a equilibrar el consumo de agua y a prolongar la vida de todas las especies. 

Entiendo: Los viajes espaciales han representado muchos avances en la medicina y la física, entre otras materias. Seguramente podemos tener una mejor calidad de vida gracias a ellos. Pero, realmente, me gustaría preguntarle, por ejemplo, al sr. Elon Musk -siempre tan preocupado por el bien del planeta- si de verdad vale la pena un viaje como éste, con tantos problemas por solucionar en casa. O si su ingenio puede equlibrar la naturaleza terrestre. O si conoce de algunos planes para enmendar el merequetengue que causamos a la casa en la que todavía vivimos.

Informaciones de revistas como Forbes señalan que Musk hizo 770 millones de dólares a raíz del lanzamiento en acciones privadas, cumpliendo así no solo su sueño de juventud de poner en órbita a un ser humano, sino que podrá volver poner flote algunos de sus otros muchos negocios. 

Particularmente, admiro a Elon Musk. Es muy creativo. Sé que sus planes incluyen que muchos seres humanos puedan mudarse a Marte. Muchos, pero no la mayoría. Es más, solo aquellos que tengan 55 millones de dólares de sobra en sus cuentas bancarias, tendrán un asiento ida y vuelta en los viajes espaciales. Ni idea quién pueda contar con la billetera y la condición física para poner su código postal en otro mundo. 

Mientras escribo, escucho las patrullas y el helicóptero de la policía. Seguramente van a controlar alguna de las protestas que han surgido en Los Ángeles, así como en el resto de Estados Unidos a raíz del asesinato en tercer grado de un hombre negro por parte de un policía blanco. Leo acerca de la brutalidad de los agentes del orden en las manifestaciones de Hong Kong. Miro un video tomado en Parque Central, Caracas, en el que la Policía Nacional Bolivariana arremete contra unas doñas que protestan por no tener agua desde hace 30 días. Y nuevamente, se me viene el rostro de Elon Musk, y otra pregunta: ¿Por qué conquistar afuera cuando no nos hemos conquistado por dentro?

No sé si Musk tenga respuesta pero finalmente opté por la esperanza gracias a la sección radial La espina de la realidad que lleva el comunicador, profesor, escritor y comediante venezolano José Rafael Briceño (@profesorbriceno). El periodista demuestra en pocos minutos cómo en la simpleza de un gesto de apoyo entre humanos es mucho más trascendental para la vida que un cohete en el espacio y cómo un abrazo sincero puede llevarnos a la salvación.

Para los que no sigan a Briceño, acá les dejo sus palabras...

https://www.instagram.com/p/CA5xx1rAkEX/

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